Elementos contaminantes de la bolsa de basura

Todos los productos que consumimos diariamente generan basura, es por esto que debemos estar más atentos a los materiales de los que están hechos estos productos.

A continuación se detalla una lista de los mayores elementos contaminantes:

  • Plásticos: El 14% del contenido de una bolsa de basura se compone de plásticos. Son en su mayoría envases de un solo uso y todo tipo de envoltorios y embalajes (botellas de PVC o PET, bolsas de polietileno, bandejas y cajas protectoras de corcho blanco…). Si se entierran en un vertedero, ocupan mucho espacio y requieren décadas y hasta milenios para degradarse. Si se opta por incinerarlos, originan emisiones de CO2, sustancia que contribuye al cambio climático, además de otros contaminantes atmosféricos muy peligrosos para la salud y el medio ambiente. El PVC es uno de los plásticos de uso más generalizado. Puede producir una elevada contaminación en su fabricación, y si tras su uso se incinera, genera sustancias tóxicas como dioxinas y furanos. Hay que recordar que los plásticos se fabrican a partir del petróleo. Por ello, al consumir plásticos, además de colaborar al agotamiento de un recurso no renovable, se potencia la enorme contaminación que origina la obtención y transporte del petróleo y su transformación en plástico.

 

  • Briks: Envases normalmente rectangulares, fabricados con finas capas de celulosa, aluminio y plástico (polietileno). Se utilizan para envasar refrescos, zumos, agua, vinos, salsas, productos lácteos y otros líquidos, ya que conservan bien los alimentos, y su peso y forma facilitan el almacenaje y transporte. Para elaborarlos se requieren materias primas no renovables y consumidoras de energía: el aluminio y el petróleo. Por la dificultad de separar el plástico y el aluminio no se pueden reciclar para producir nuevos ¿briks¿. En Madrid tan sólo se recuperan el 0,28%, con los que se fabrican objetos de poco valor.

 

  • Latas: Los metales representan el 11,7% del peso de los residuos sólidos urbanos y el 4,2% de su volumen lo constituyen las latas. Fabricadas de hierro, zinc, hojalata y, sobre todo, aluminio, se han convertido en un auténtico problema al generalizarse su empleo como envase de un solo uso. El aluminio se elabora a partir de la bauxita, un recurso no renovable cuya extracción está acabando con miles de kilómetros cuadrados de selva amazónica.

 

  • Vidrios: Su dureza y estabilidad han favorecido que el vidrio se emplee para la conservación de líquidos o sólidos, el menaje del hogar, el aislamiento, etc. No necesita incorporar aditivos, por lo que no se alteran las sustancias que envasa, es resistente a la corrosión y a la oxidación, muy impermeable para los gases… El problema de este material radica en que se han generalizado los envases de vidrio no retornables, a pesar de que los recipientes de vidrio se podrían utilizar hasta 40 ó 50 veces, si antes no se rompen. Los envases de vidrio se pueden reciclar al 100%, pero ese proceso también gasta energía y contamina.

 

  • Pilas: Presentan un elevado potencial contaminante, debido sobre todo al mercurio y otros metales pesados que contienen (especialmente la mayoría de las pilas-botón). Una sola de estas pilas puede contaminar hasta 600.000 litros de agua. Las pilas convencionales, si bien no son tan dañinas, tampoco resultan inocuas para el medio ambiente.

 

  • Papel y el cartón: Son innumerables los objetos de consumo cotidiano empaquetados con papel o cartón, por lo que estos materiales representan el 20% del peso y un tercio del volumen de nuestra bolsa de basura. Aunque se reciclan en buena parte y fácilmente, la demanda creciente de papel y cartón obliga a fabricar más pasta de celulosa, lo que provoca la tala indiscriminada de millones de árboles. Además, se han impulsado las plantaciones de especies de crecimiento rápido como el eucalipto o el pino, en detrimento de los bosques autóctonos, y ha aumentado la contaminación asociada a la industria papelera. Y conviene recordar que no todo el papel puede ser reciclado: el plastificado, adhesivo, encerado o el de fax no son aptos para su posterior reciclaje.

El proceso de descomposición de la basura tarda entre seis meses y un año en iniciarse, pero después desprende gas permanentemente durante 20 años

Pero se puede hacer algo!

Desechos orgánicos urbanos, energía del futuro

El ejemplo más conocido de utilización de la biomasa es la madera: la fuente de energía más antigua que conoce la humanidad. La madera se compone de celulosa y lignina, así como de almidón, bálsamos, alcohol etílico, alcanfor, colorantes, taninos, perfumes y resinas. Para producir calor durante la combustión de la madera se requiere oxígeno y se libera dióxido de carbono.

Los desechos orgánicos de las grandes urbes, como los componentes orgánicos de la basura, pueden utilizarse para generar energía eléctrica que pase a formar parte del sistema eléctrico global, pero también sirven como productor de energético doméstico directo, ya que en su descomposición produce el gas metano que se puede distribuir por las canalizaciones. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), está será una de las principales fuentes de energía del futuro, ya que estima que podrá utilizarse entre otras, para el transporte. Aunque también señala que su uso lo determinará la pura necesidad, porque se agotarán los combustibles fósiles.

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6 comentarios en «Elementos contaminantes de la bolsa de basura»

  1. Desearia que alguien me aportara informacion sobre cuantos son los componentes exactamente de una botella de plastico, entre ellos se que contienen una molecula cancerigena, pero no recuerdo el nombre.

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